Luchar a contracorriente

El destino es caprichoso, siempre lo ha sido, y le gusta unir a personas que nunca debieron conocerse.

El destino es caprichoso, siempre lo ha sido, y le gusta unir a personas que nunca debieron conocerse.

Stella lleva en Barcelona cerca de dos años. Disfruta de sus amigos y del cariño de su hermana. Desempeña un trabajo que le apasiona, tiene una vida completa.

Gael odia el día de su cumpleaños. Bebe para olvidar y, sin quererlo, se está convirtiendo en esa persona a la que no desea parecerse. En su juventud, el boxeo se convirtió en su refugio, en su salvación, aunque en el perdió más de lo que buscaba.

Unas duras palabras bombean constantemente su mente, aquellas que en su inmadurez lo llevaron a realizar un acto imperdonable que lo perseguirá de por vida, que lo atosigan en exceso y que no consigue eliminarlas.

¿Logrará superarlo?

¿Conseguirá Stella ayudarlo?

«Y en ese preciso instante, en el que su imagen evocadora surcaba mi mente, posó sus
ojos en mí. Durante unos segundos nos quedamos conectados y un escalofrío se poderó
de mi cuerpo mientras seguía moviéndome en la pista. Le retiré la mirada de inmediato.»